Sin voz

Esta es la entrada 410 de este blog. La escribo en unos días en los que, por una inflamación importante de mi garganta, perdí la voz temporalmente.

La frustración e indefensión al tratar de comunicarme con mi familia, con el doctor y con la persona que me vendió la medicina mediante susurros y señas que no eran fáciles de entender me hizo sentir en carne propia la indefensión que pueden sentir algunos niños cuando no pueden comunicarse con sus docentes porque «hablan» en lenguajes y volúmenes distintos. Esto en el sentido de que los conocimientos base de los que parte un docente le llevan a comunicarse con unos términos y a una velocidad que a veces no es compatible con sus alumnos, sobre todo si estos presentan un rezago educativo importante.

Cuidemos que el modo en el que nos comunicamos con nuestros hijos y alumnos sea el adecuado para que el mensaje sea recibido y el aprendizaje sea posible.

Por cierto, desde hace tiempo traigo la idea de incursionar en la enseñanza de las matemáticas para personas con alguna discapacidad, pero no me he dado tiempo de buscar la manera… después de esta experiencia lo pondré más arriba en mis prioridades.

Hasta aquí mi reflexión de hoy, que necesito más reposo para recuperar la voz.

¡Hasta el próximo miércoles!

PD: Quiero agradecer a esta página en la que me apoyo constantemente para redactar el blog: pixabay.

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