¿Qué se hace en estos casos?

Esta es la entrada 348 de este blog. La escribo el día en que me comentan que, al diagnosticar a un recién llegado a mi proyecto actual, observaron que tiene un proceso de pensamiento peculiar. Está en cuarto de primaria, todos los cálculos los hace «en la cabeza», sin escribir procedimientos y eso representa todo un reto para quien quiera apoyarlo a seguir aprendiendo.

Parece que la mayoría de sus respuestas son correctas, por lo que podríamos limitarnos a dejarlo seguir así, aunque eso puede ser un problema si el docente que le aplica un examen en la escuela solo acepta respuestas con los procedimientos escritos.

Lo que vamos a intentar primero es enseñarle a plasmar sus procedimientos, aunque sean poco ortodoxos, y hablar con el docente de su grupo para que comprenda cómo trabaja este niño.

Platicaré con él personalmente en estos días para tratar de entender cómo piensa, cómo procesa los retos matemáticos que le proponemos y cuál es el enfoque más adecuado con el que podemos apoyarlo.

Cuando nos enfrentamos a casos como estos es cuando necesitamos tener personalmente muy firmes los pilares de una buena relación con las matemáticas: pensamiento lógico matemático y sentido numérico (ver más aquí), pues sin esa base será muy complejo tratar de entender si los procedimientos que usa son realmente válidos y no meras coincidencias o atajos que no se pueden extrapolar en situaciones más complejas.

Hay muchos aspectos de ser docente / capacitadora docente que me emocionan. Apoyar a personitas especiales, como este niño, es uno de ellos.

Hasta el siguiente miércoles, espero ya haberlo conocido y poder contarles algunas ideas que estoy probando con él, por si les sirve para algún caso suyo.

Rebeca

PD1: Quiero agradecer a esta página en la que me apoyo constantemente para redactar el blog: pixabay.

Extrayendo información detallada

Esta es la entrada 347 de este blog. 347 es un número primo, y dos semanas después tendremos la entrada 349, que también es número primo. Por lo tanto, 347 y 349 son primos gemelos, separados solo por un número intermedio. Mero dato curioso.

La escribo en medio del análisis del diagnóstico que estoy aplicando en mi proyecto actual.

Está saliendo «lo esperado»: mientras mayor es el grado escolar de los niños, menor es el porcentaje de conocimientos y habilidades que poseen con respecto a lo que deberían saber.

Solo que como estamos registrando los resultados reactivo por reactivo para cada niño, podemos ver en horizontal el porcentaje de aciertos de cada uno y en vertical el porcentaje de niños que contestaron bien cada cuestionamiento, lo cuál nos arroja información muy interesante para trabajo individual y grupal.

Sé que es algo que es poco práctico para el día a día (si se hacen evaluaciones en papel) y que lo regular es hacer la suma de aciertos en el papel y registrar un único dato por alumno por materia y a seguir con el resto de las responsabilidades docentes.

Si un día quieren extraer una información detallada de cómo está su grupo, los invito a «picar piedra» un poco, pulverizar la información capturando los resultados por reactivo y «ver» realmente qué tema les falla como grupo, con lo cual el apoyo que se les puede dar como docentes estará mucho mejor orientado.

Lo sé, al calificar nos alcanzamos a percatar de si un reactivo aquí o allá casi nadie pudo con él. Verlo en una hoja de cálculo hace que deje de ser una percepción borrosa y pase a ser un dato exacto.

Al menos en el diagnóstico inicial lo considero muy recomendable.

¿Qué opinan?

Hasta el siguiente miércoles

Rebeca

PD1: Quiero agradecer a esta página en la que me apoyo constantemente para redactar el blog: pixabay.

Caos

Esta es la entrada 346 de este blog. La escribo llegando de hacer un primer diagnóstico en el nuevo proyecto de apoyo a población vulnerable en el que me involucré hace unos meses.

Escribí «caos» en el buscador de imágenes gratuitas y la que encabeza esta entrada apareció entre las primeras opciones.

Un poco así me siento ahorita, como entrando en una habitación en la que todo está «por ningún lado».

Observando. Analizando.

A punto de remangarme la camisa para empezar a meter un poco de orden en la información que recabé, para con eso encontrar un camino para empezar a llevar a esos pequeñitos de donde están ahorita a donde pueden llegar.

A donde me gustaría que llegaran: llevo varias semanas trabajando en definirlo.

Dónde están en este momento: el diagnóstico me ayudará a entender una parte, aunque las respuestas a unos ejercicios escritos nunca dan la imagen completa de la situación.

A dónde llegarán: el tiempo lo dirá. Yo buscaré poner los medios para que, junto con el equipo de educadores del albergue, esos pequeñitos lleguen muy lejos.

Mis mejores deseos para todo el personal educativo que está pasando por esta etapa de diagnóstico y planeación en este arranque de ciclo escolar. Saber qué saben es un muy buen primer paso en el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Hasta el siguiente miércoles

Rebeca

PD1: Quiero agradecer a esta página en la que me apoyo constantemente para redactar el blog: pixabay.