¡Esta es la entrada 360 de este blog! 360 es un gran número, no solo es múltiplo de 9, que tanto me gusta (ver por qué aquí), si no que, al ser un número relativamente grande y múltiplo de los primeros tres números primos, los más pequeños, es múltiplo de muchísimos otros números:

1,2,3,4,5,6,8,9,10,12,15,18,20,24,30,36,40,45,60,72,90,120,180,360

El 360 tiene 24 divisores y esa es una de las razones por las que se decidió que un giro completo fuera un giro de 360°. De esa manera, muchas de las fracciones de giro serán números enteros: una cuarta parte de giro son 90°, una veinteava parte de giro son 18° y así sucesivamente.

Cada nueve entradas toca escribir algo especial y hoy será algo MUY especial, porque les compartiré mi experiencia durante los nueve días de la FIL (Feria Internacional del Libro en Guadalajara).

La visité tres veces, casi 12 horas cada vez, de 9 a 9, o sea, 36 horas en total. Compré un total de nueve libros e identifiqué bastantes más para agregar a la lista de deseos. Estuve en el momento en que abrieron el primer día y en el momento en que cerraron el último día.

Cuatro libros fueron de matemáticas, tres sobre acompañamiento del aprendizaje y dos sobre crecimiento personal. Bueno, no exactamente, uno de esos últimos es el libro del 60 aniversario de Mafalda… y como yo considero a Mafalda y sus amigos una gran guía de vida, cabe en ese apartado. También compré mi tradicional agenda de Mafalda.

Caminar por la FIL es una experiencia que no se compara con ninguna otra. Ver bebés que todavía no hablan ni caminan haciéndose de sus primeros libros y adultos mayores consintiendo a sus nietos con libros y/o ayudándoles con sus encomiendas escolares (vi a un señor preguntando en varios stands cuántos libros tenían aproximadamente, para calcular el total de la feria para una tarea de su nieta). Gente descalza, gente con tacones, gente disfrazada, gente con capibaras en el pelo para reencontrarse fácilmente con sus amigos, gente buscando libros de cualquier cantidad de temas distintos. Gente en carriolas, gente en silla de ruedas, pequeños en los hombros de sus papás. Y, el viernes que fui, gente en uniformes escolares… ¡mucha!

Entrabas a un stand y luego agarrabas aire para salir al río de gente y dejarte llevar por él hasta el siguiente stand, sin mucho control sobre dónde acabarías. Toda una experiencia. A mí en general no me hacen feliz las multitudes, pero la FIL me carga tanto la pila que ahí las sobrellevo bastante bien.

El primer sábado ubiqué una taza decorada con motivos matemáticos y la apunté para comprarla el siguiente viernes. No fue posible, se agotaron todas las que llevaban para vender. Fue un momento agridulce. Triste por no tener mi taza, feliz porque haya habido tanto interés en ellas.

Ese viernes entré a una plática de FIL Ciencias. Adolfo Sánchez, de CIMAT, compartió con su público ideas muy valiosas para entender mejor la importancia de las matemáticas en nuestra vida. Al final me acerqué y le pedí firmarme una novela que escribió hace casi 20 años y que yo acabo de conseguir y leer. Nos quedamos platicando un rato, le regalé mi novela y ahora estamos en contacto por correo. Es una gran persona con una conversación muy enriquecedora; me presentó a Carmen y a Ivete, también divulgadoras de matemáticas de CIMAT y muy agradables personas.

Me pasó algo similar con Eduardo Sáenz de Cabezón hace dos años. Experiencias como esa solo pueden ocurrir en un lugar como la FIL. ¡Gracias, FIL, por ello!

En unas mesitas del área internacional me encontré el último día al ilustrador que me hizo la imagen para la portada de mi novela. Me dio un montón de gusto saludarlo. Le compré varios separadores de libros para mi colección.

Mi hija convenció a un amigo de ir. Los papás le dijeron que la condición para dejarlo ir era que comprara un libro «sin dibujitos» y lo leyera realmente. ¡Y lo hizo! ¡Y le gustó!

Me gustaría que hubiera una forma, con Inteligencia Artificial, Realidad Virtual o similares, de VER el momento en que un asistente a la FIL se convierte de no-lector en lector. Debe pasar montones de veces en esos nueve días y es algo que me emociona muchísimo.

La cereza del pastel de esta 38va edición de la FIL para mí fue que, como les había comentado la semana pasada, presenté mi proyecto en el stand C19 de la Universidad Panamericana (¡Gracias, UP, por el espacio!). El último día, la penúltima intervención en el foro de presentaciones del stand mi Alma Mater en su primera presencia en la FIL. Lo hice como conversatorio de la mano de Marilú Ochoa, que fue una magnífica pareja en esta aventura. ¡Mil gracias, Marilú!

Platicamos de mi libro, Akhiré y los dos pilares, de los juegos que apoyan a esos dos pilares, y mis ganas de seguir buscando que cada vez más personas se lleven bien con las matemáticas. Mencioné que estoy buscando una Akhiré de carne y hueso que quiera unirse a mi aventura de mejorar la manera en la que se acompaña el aprendizaje de las matemáticas básicas. Confío en que pronto encontraré una, o más de una/uno. Por ahí estuvo (muy emocionada, por cierto) Érika, la primera Akhiré; con quien confío en encontrar nuevas formas de colaborar pronto.

La UP estuvo transmitiendo en vivo los días completos, les comparto el video del último aquí. Mi parte empieza a las 8:19 hrs aproximadamente.

Ahora toca recuperarse y retomar con más energías este proyecto. Seguir acompañando docentes y estudiantes y seguir escribiendo este blog y nuevos libros y diseñando más materiales de apoyo.

Antes de irme les dejo ligas a otros textos que he escrito relacionados con la FIL y/o con libros:

En el blog de Infotecarios:

A la FIL voy a encontrar libros que quieren ser leídos… y libros que quieren ser escritos (Ver aquí).

¿Un libro que me haya cambiado la vida?… ¿por qué me limitan? (Ver aquí).

En este blog:

Libros para conocer mejor y disfrutar más las matemáticas

Así no se escribe un libro…

Libros (en plural)

Sobre libros y más libros

Día mundial del libro

Confío en que lo ocurrido esta pasada semana durante la FIL dé un giro a mi vida de los grados necesarios para seguir por un buen camino en este proyecto del que ustedes, como lectores, forman parte.

Hasta el siguiente miércoles.

Rebeca