Práctica continua e intencionada

Esta es la entrada 315 de este blog. 315 es múltiplo de 9. Es la 35ava vez que una entrada es múltiplo de 9, número que me gusta más que todos (ver por qué aquí).

Cada 9 entradas busco escribir una más especial en algún sentido. Hoy la dedicaré a compartir una pequeña reflexión que no es el «gran descubrimiento», solo es la confirmación de algo que todo docente sabe:

Los estudiantes avanzan más si son apoyados en casa por alguien más.

De mi grupo de estudiantes individuales con los que estoy buscando compensar el rezago superior a sus pares que presentaban cuando empecé a trabajar con ellos, los que más han avanzado son solo dos.

Y buscando los factores que están favoreciendo ese avance, lo que sobresale es que alguien en su casa (la mamá de una de ellas y la abuelita del otro) se ponen con ellos por la tarde a practicar (en este momento estamos con la memorización de las tablas de multiplicar con base en las series correspondientes y en la identificación de patrones y otras características presentes en cada tabla).

Dolió preguntarles ayer a cada uno y descubrir que las situaciones personales de algunos no incluyen un adulto que pueda apoyar en casa con este tema.

La ventaja que tienen los docentes que ven varias veces a la semana a sus estudiantes es que pueden dedicar algunos minutos a trabajar con ellos con una frecuencia mucho mayor que lo que yo puedo hacer viéndolos una vez cada semana.

Yo puedo «pulirlos» un poco cuando los veo cada semana, sus docentes pueden «pulirlos» mucho más cuando los ven a lo largo de la semana, pero son las personas con las que conviven todos los días (papás, hermanos, abuelos, primos…) los que pueden «pulirlos» con la frecuencia suficiente como para brillar como las piedritas que ilustran esta entrada.

Esta es mi pequeña reflexión para esta entrada múltiplo de nueve: práctica continua e intencionada es un diferenciador en lo que logramos y en lo que logran los que están a nuestro cargo. Busquemos proporcionarla a nuestros hijos y estudiantes.

¡Hasta el siguiente miércoles!

Rebeca

PD1: Quiero agradecer a esta página en la que me apoyo constantemente para redactar el blog: pixabay

Día internacional de la educación y ¡seis años!

Esta es la entrada 314 de este blog. Hoy, justo hoy, se cumplen seis años de que se escribió la primera entrada, el 24 de enero de 2018.

Sin embargo, este 2024 no usa el mismo calendario del 2018, aunque en ambos el 24 de enero caiga en miércoles.

¿Por qué? Porque 2024 ¡es año bisiesto! y 2018 no lo fue.

Usamos 14 calendarios distintos, siete de 365 días empezando en cada día de la semana y otros siete de 366 días. Pueden ver todo lo que escribí sobre calendarios y sus curiosidades matemáticas en esta entrada.

También hoy se celebra el Día Internacional de la Educación. Hace seis años no lo sabía, simplemente coincidió. Es una agradable coincidencia.

Y si queremos buscar más efemérides, hoy hace algunos ayeres nació mi amigo Jorge, quien fue el maestro de ceremonias en la presentación de mi libro, Akhiré y los dos pilares. ¡Feliz cumpleaños, Jorge!

Así como Kiwó, un personaje del libro, yo también quiero seguir inspirando a las personas a dar lo mejor de sí mismas, con este blog y con todo lo demás que voy intentando. Algunas iniciativas funcionan mejor que otras, pero de todas aprendo un montón. Gracias por seguir por aquí, algunos desde hace seis años, compartiendo mis reflexiones.

¡Hasta el siguiente miércoles!

Rebeca

PD1: Quiero agradecer a esta página en la que me apoyo constantemente para redactar el blog: pixabay

Ciencia y arte

Esta es la entrada 313 de este blog. 313 es un lindo número primo y capicúa (ver más sobre primos aquí y sobre capicúas acá).

Hoy mis neuronas están agotadas después de dos días de un taller intenso dentro de una fundación a la que apoyo en el área educativa.

La educación en todos sus aspectos me importa. Quisiera entenderla mejor, pero mientras más lo intento más me parece «un monstruo de mil cabezas» interactuando entre sí de muchas formas, algunas de las cuales podemos ver y otras no.

Reconocer que la situación es así de compleja podría hacerme pensar en rendirme, pero no.

Lo que toca es seguir aprendiendo y seguir entendiendo que ser docente es arte y ciencia. Hay que estar preparados con la mayor cantidad de conocimiento y habilidad que podamos y, a la par, estar dispuestos a sentir y actuar artísticamente.

Algunas veces saldrá bien, otras no tanto, pero siempre podemos sacar aprendizajes de la experiencia de intentarlo.

Confío en que ustedes lo vean de una manera similar y se animen a seguir intentándolo…

¡Hasta el siguiente miércoles!

Rebeca

PD1: Quiero agradecer a esta página en la que me apoyo constantemente para redactar el blog: pixabay

¿Qué opinas?

Esta es la entrada triple 309, 310 y 311 de este blog. Como comenté en la entrada 308, hice una pausa reflexiva estos días, en los que pararon las actividades regulares y tuvieron lugar muchas actividades propias del fin de año y, en mi caso, mucha, mucha lectura e investigación sobre los temas que me puedan ayudar para trabajar con poblaciones vulnerables.

Ayer en particular me di a la tarea de ver este video. En él entrevistan a Doug Lemov, quien escribió «Enseña como un campeón», libro que rescata y condensa prácticas docentes que han mostrado funcionar muy bien.

Quiero aprovechar esta entrada triple para compartirles brevemente tres ideas que me llamaron la atención de la entrevista:

Leer más »