Chico – grande – chico

Esta es la entrada 383, de este blog. 383 es un lindo número capicúa, que me recuerda la importancia de mostrar a nuestros estudiantes la reversibilidad en matemáticas cada que podamos (Ver más sobre capicúas aquí y sobre reversibilidad aquí).

Las matemáticas sirven, entre muchas otras cosas, para buscar patrones que nos permitan predecir cuándo ocurrirá algo. Por ejemplo: entre los números 101 al 999, cada 10 entradas será una entrada capicúa, excepto cuando cambie la centena, que será 11 semanas después.

Después de esta que es la 383 seguirá la 393 y luego la 404 (que esperemos si encontrarla… ya saben, el error 404 es el que indica que una página no se encontró).

Del 404 al 434 los números centrales serán más chicos que los laterales. Del 454 al 494 se invierte la situación y los laterales serán más chicos que los centrales. Al pensar en eso me vino a la mente una cuerda de saltar, por eso usé esa imagen para encabezar la entrada.

Jugar con los números buscando patrones puede ser solamente divertido, como en este análisis del comportamiento de los capicúas que parece que no llevó a mucho más que una imagen de una cuerda de saltar. Pero puede también llevar a algo útil, como descubrir que al multiplicar por 10 siempre se mueven todas cifras una posición hacia la izquierda y se agrega un cero al final, conocimiento que nos puede ahorrar mucho trabajo en ciertos momentos de la vida.

No hay forma de saber si un patrón que descubrimos será útil. Lo que sí podemos saber es que mientras más patrones descubramos, más posibilidad de encontrar uno útil tendremos.

¡A buscar patrones mientras desarrollamos el pensamiento lógico matemático y el sentido numérico! (Ver más sobre ellos aquí y aquí)

Hasta el próximo miércoles.

PD: Quiero agradecer a esta página en la que me apoyo constantemente para redactar el blog: pixabay.

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