Esta es la entrada 388, de este blog. Ayer llovió casi todo el día en Guadalajara, mi ciudad, y eso trae verdor para la mayoría de la vegetación, exceptuando las plantas que quedan bajo el agua demasiado tiempo y los árboles a los que tumba el viento por no tener raíces suficientemente fuertes y profundas en proporción con su copa. El ciclo de la vida.
Pensar en eso me inspiró para escribir hoy sobre el ciclo del aprendizaje: nos enfrentamos a un nuevo conocimiento, poco a poco lo vamos entendiendo y practicando hasta que lo dominamos y deja de ser una novedad y… vuelta a empezar con otro nuevo conocimiento.
Solo que, igual que los árboles, cada nuevo ciclo de aprendizaje que empezamos lo hacemos robustecidos por el aprendizaje anterior… si fue lo suficientemente firme.
Vaya… un día tan lluvioso trajo como consecuencia una entrada de blog medio filosófica. Cosas de la vida.
Cuidemos que los aprendizajes de nuestros hijos y alumnos sean lo suficientemente fuertes como para sostener a los nuevos aprendizajes y a los embates del día a día en los que los pondrán a prueba.
Hasta el próximo miércoles.
PD: Quiero agradecer a esta página en la que me apoyo constantemente para redactar el blog: pixabay.

