Reparto en cajitas

Esta es la entrada 385, de este blog. 385 es un simpático número que se obtiene de multiplicar tres números primos seguidos: 5 x 7 x 11. Esta vez no necesité (como la semana pasada) consultarlo en internet. Al ver que terminaba en 5 identifiqué que era múltiplo de 5 y decidí dividirlo entre 5 para ver qué tan fácilmente podía identificar los otros factores.

Y para dividirlo entre 5 usé la simpática técnica de multiplicar por 2 y dividir entre 10, dado que 5 es igual a 10 entre 2.

385 x 2 = 770 -> 770 / 10 = 77 que es lo mismo que 385 / 5 = 77 (según la práctica que tengamos, es más rápido duplicar y quitar un cero que hacer la división entre 5)

77 se identifica rápidamente como divisible entre 11 por tener el mismo dígito dos veces. De ahí solo nos queda identificar el 7.

(Ver más sobre divisibilidad y divisores aquí y aquí)

Los factores primos de 385 son 5,7,11 y sus divisores son los siguientes:

1, 5,7, 11, 35, 55, 77, 385

Se pueden obtener combinando de todas las maneras posibles los factores primos de 385 y agregando el 1, o siguiendo el procedimiento de ir dividiendo entre los factores primos de esta manera:

1 x 385

5 x 77

7 x 55

11 x 35

(aquí se termina porque ya no queda ningún divisor posible entre 11 y 35)

Obtendremos la misma cantidad total de cerillos si conseguimos 11 cajitas de 35 cerillos, o 7 cajas de 55 cerillos, o 5 cajas de 77 cerillos, o una cajota de 385 cerillos.

Nuevamente el número de la entrada nos da pie para practicar el Sentido Numérico, jugando con los patrones que descubrimos en los números

Hasta el próximo miércoles.

PD: Quiero agradecer a esta página en la que me apoyo constantemente para redactar el blog: pixabay.

A capa y espada

Esta es la entrada 384, de este blog. 384 es un número interesante porque se le puede sacar mitad ¡siete veces! hasta dejarlo en un 3:

384 -> 192 -> 96 -> 48 -> 24 -> 12 -> 6 -> 3

Su factorización prima, por tanto, es 2^7*3

Para averiguar este dato más rápidamente (no tenía identificado que sus factores fueran estos) fui a Google y, después de pedir la factorización prima de 384 y ver lo que arrojó, reafirmé que quería escribir sobre esto hoy:

Desde hace unos meses Google te da primero la respuesta de su IA y más abajo las páginas en las que puedo consultar la información. En este caso no había en medio algún enlace patrocinado.

Desde que Google funciona así las visitas a las páginas web que vienen desde ese buscador han disminuido notablemente. Al principio no entendía por qué mi página estaba teniendo tan pocas visitas en comparación con meses anteriores, ahora lo sé: muchas veces la respuesta de la IA es suficiente y ya no abrimos ninguna página con información más amplia, escrita por un ser humano. (Hoy sí lo hice, buscaba una información diferente a la que me dio).

Los tiempos cambian y toca adaptarse. Las sugerencias de didáctica que están alojadas en este blog, con su peculiar estilo de explicar los porqué de todo lo que propongo, seguirán siendo útiles para quien quiera entender el tema con profundidad; llegará menos gente, aquella que solo quería una respuesta breve a una pequeña duda ya no visitará Impulso Matemático ni ninguna otra página que contenga temáticas similares.

Mi sugerencia aquí es que verifiquen siempre lo que les arroja cualquier IA que usen; en especial con matemáticas he obtenido más de algún sinsentido.

Que la IA fortalezca nuestro pensamiento crítico al revisar si lo que arroja es lo que pedimos y es confiable. Que no nos ahorre tanto pensar que lleguemos a perder esa capacidad. Ya hemos perdido muchas habilidades porque la tecnología las suple (memorizar teléfonos, ubicar domicilios). Nuestro pensamiento lógico matemático debemos defenderlo a capa y espada.

Hasta el próximo miércoles.

PD: Quiero agradecer a esta página en la que me apoyo constantemente para redactar el blog: pixabay. Aunque se está llenando de imágenes generadas con IA, entiendo que las están «marcando» y que la que elegí para hoy no es de esas.

Chico – grande – chico

Esta es la entrada 383, de este blog. 383 es un lindo número capicúa, que me recuerda la importancia de mostrar a nuestros estudiantes la reversibilidad en matemáticas cada que podamos (Ver más sobre capicúas aquí y sobre reversibilidad aquí).

Las matemáticas sirven, entre muchas otras cosas, para buscar patrones que nos permitan predecir cuándo ocurrirá algo. Por ejemplo: entre los números 101 al 999, cada 10 entradas será una entrada capicúa, excepto cuando cambie la centena, que será 11 semanas después.

Después de esta que es la 383 seguirá la 393 y luego la 404 (que esperemos si encontrarla… ya saben, el error 404 es el que indica que una página no se encontró).

Del 404 al 434 los números centrales serán más chicos que los laterales. Del 454 al 494 se invierte la situación y los laterales serán más chicos que los centrales. Al pensar en eso me vino a la mente una cuerda de saltar, por eso usé esa imagen para encabezar la entrada.

Jugar con los números buscando patrones puede ser solamente divertido, como en este análisis del comportamiento de los capicúas que parece que no llevó a mucho más que una imagen de una cuerda de saltar. Pero puede también llevar a algo útil, como descubrir que al multiplicar por 10 siempre se mueven todas cifras una posición hacia la izquierda y se agrega un cero al final, conocimiento que nos puede ahorrar mucho trabajo en ciertos momentos de la vida.

No hay forma de saber si un patrón que descubrimos será útil. Lo que sí podemos saber es que mientras más patrones descubramos, más posibilidad de encontrar uno útil tendremos.

¡A buscar patrones mientras desarrollamos el pensamiento lógico matemático y el sentido numérico! (Ver más sobre ellos aquí y aquí)

Hasta el próximo miércoles.

PD: Quiero agradecer a esta página en la que me apoyo constantemente para redactar el blog: pixabay.

Amasando el conocimiento

Esta es la entrada 382, de este blog.

La escribo en medio de varias lecturas sobre aprendizaje, de las cuales quiero compartir una pequeña reflexión hoy:

Se aprende lo que se trabaja cognitivamente, que para esta entrada me lo imaginé como «lo que se amasa en el cerebro usando las neuronas».

Y esto es muy relevante al momento de diseñar actividades de aprendizaje. Si nos enfocamos en la forma y el fondo queda por ahí muy en el fondo y diluido, el tiempo invertido resultará poco útil.

Por ejemplo, si se hace un experimento de química muy llamativo, debemos cuidar que lo que recuerden los estudiantes sean los elementos químicos involucrados en la reacción y las razones por las que se formó una nube de humo morada. Si solo recuerdan la nube de humo morada los habremos entretenido, pero no habrán aprendido gran cosa.

Con matemáticas veo un gran riesgo en los programas educativos gamificados. Puede llegar a pasar que el estudiante se enfoque en conseguir los puntos, insignias, desbloqueos del juego que le requiere practicar sumas solo picándole a las opciones disponibles lo más rápido posible, sin realmente aprender a sumar.

Cuidemos las actividades que asignamos a nuestros estudiantes para que el tiempo invertido se convierta más en aprendizaje que en entretenimiento, sin llegar al extremo de que sea una experiencia árida y que genere rechazo.

Hasta el próximo miércoles.

PD: Quiero agradecer a esta página en la que me apoyo constantemente para redactar el blog: pixabay.

Atajos

Esta es la entrada 381, de este blog.

Ya terminé de leer el libro de Eduardo Sáenz de Cabezón, «Invitación al aprendizaje». En él Eduardo recomienda varios libros relacionados, entre ellos uno que ya conocía de Marcus Du Sautoy: «Para pensar mejor, el arte del atajo». Este libro me llamó la atención en su momento por la referencia a los atajos. Lo leí para entender y me encantó el enfoque:

No se trata de usar atajos sin comprensión y que puede que no funcionen en todos los casos. Esos atajos son peligrosos.

Se trata de que, una vez comprendidos los conceptos y procesos, se encuentren formas de abreviarlos, incluyendo la memorización.

Por ejemplo:

Conceptualmente la multiplicación puede entenderse como una suma repetida. Si aprendemos a multiplicar nos ahorramos muchas sumas. Y si tenemos bien memorizadas las tablas de multiplicar, haremos los cálculos todavía más rápido.

El área de un polígono regular está compuesta por un conjunto de triángulos isósceles. Usando la fórmula del área del polígono completo nos ahorramos el trabajo de calcular el área de cada triángulo y después sumarlas.

La derivada de una función, por definición, es un límite. Si usamos las fórmulas para derivar, nos ahorramos el trabajo de determinar dichos límites.

En los dos últimos ejemplos, memorizar la fórmulas correspondientes ayuda a ahorrar tiempo. Lo recomiendo solo en el caso que se vaya a necesitar usar mucho dichas fórmulas (en ese caso, lo más probable es que acabemos aprendiéndonos dichas fórmulas de tanto usarlas). En el caso de las tablas de multiplicar, memorizarlas lo recomiendo siempre (Ver más sobre las tablas de multiplicar aquí y aquí).

Como en la imagen que encabeza este blog, suele haber más de un camino para llegar a un lugar. Dependiendo de la intención que tengamos es el camino que nos conviene elegir: el más largo porque queremos disfrutar/no queremos llegar, o el más corto porque queremos que nos sobre tiempo para algo más. Todos contamos con las mismas 24 horas en cada día. Si aprovechamos los atajos que nos proporcionan las matemáticas para resolver ciertas situaciones y tomar buenas decisiones, nos pueden alcanzar ese tiempo para más y mejores actividades

Hasta el próximo miércoles.

PD: Quiero agradecer a esta página en la que me apoyo constantemente para redactar el blog: pixabay.

¡Feliz día del niño y la niña!

Esta es la entrada 380, de este blog. En estos siete años es la primera vez que toca publicar justo en este día especial.

La escribo en la semana en la que estoy leyendo un libro sobre cómo aprendemos, escrito por Eduardo Sáenz de Cabezón, en el que menciona lo siguiente: la mayoría de nosotros somos capaces de aprender a cualquier edad, aunque de diferente manera:

Mientras más joven eres, es probable que tengas más tiempo, energía, entusiasmo y neuronas disponibles para aprender, pero hay muy poco aprendizaje previo presente para que se «agarre» el nuevo aprendizaje.

Conforme creces, ya no es tan sencillo tener la energía y el tiempo para dedicarlos a aprender cosas nuevas todos los días, sin embargo todo el bagaje de conocimientos previos que ya tienes en la mente hacen que cualquier nuevo conocimiento relacionado con ese tema sea grabe más fácilmente.

Eso tiene implicaciones importantes en el aprendizaje de las matemáticas: a veces se dice que es como una pared en la que si no están firmes los ladrillos de abajo no se pueden poner los siguientes, pero desde esta perspectiva sería más bien como una red que se vuelve más tupida y atrapa más conocimientos conforme más información relacionada le llega.

Un conocimiento nuevo que llega a la mente, si no encuentra conocimientos relacionados a dónde agarrarse… se va como llegó, como en una coladera con grandes agujeros, desperdiciando el tiempo invertido. Cada conocimiento bien afianzado va cerrando los agujeros de la coladera (en ese tema) y permite que se afiancen más fácilmente nuevos conocimientos.

Por ejemplo, si yo quisiera aprender algo sobre medicina de rehabilitación y no cursé ni siquiera las materias básicas para aprender los nombres de los elementos de los sistemas del cuerpo humano, va a ser muy complejo que entienda por qué se inflama el occipucio… si ni siquiera sé qué es, dónde está, de qué está hecho…

Estas son varias formas de entender con imágenes lo relevante que es ir dejando bien firmes los conocimientos en cada grado desde la infancia a la que celebramos hoy… y la importancia de la memorización de ciertos elementos, como las tablas de multiplicar. Sí, podemos usar calculadora, pero siempre será más rápido si jalamos el resultado directamente de la memoria y hay casos en los que necesitamos buscar los factores, más que el resultado, y para eso es muy útil tener la información «a la mano». (Ver más sobre las tablas de multiplicar aquí y aquí)

Hasta el próximo miércoles.

PD: Quiero agradecer a esta página en la que me apoyo constantemente para redactar el blog: pixabay.

¡Feliz día internacional del libro!

Esta es la entrada triple, 377, 378 y 379, de este blog. Es triple porque las últimas dos no publiqué por «causas de fuerza mayor» (una enfermedad medio compleja que aún no acaba de resolverse, así que seré breve).

La entrada pasada, la 378 es una «entrada 9», porque es múltiplo de 9 porque sus dígitos sumados hasta llegar a uno solo suman 9: 3 + 7 + 8 = 18 -> 1 + 8 = 9

Si sumamos los números de las tres entradas, también da un múltiplo de 9 (pues es una antes y una después, entonces compensan la diferencia): 377+378+379=1134 -> 1 + 1 + 3 + 4 = 9

Además se publica en un día nueve: 23 / 04 / 2025 -> 2 + 3 + 0 + 4 + 2 + 0 + 2 + 5 = 18 -> 1 + 8

(ver por qué me encanta el 9 aquí)

Que, además, es el ¡día mundial del libro! Y es el primer año, en los siete años que lleva el blog, en el que el día mundial del libro cae en miércoles (ver más sobre las curiosidades del calendario aquí)

En resumen: mucho por celebrar, incluyendo que sigue en proceso mi segunda novela. Confío en que para el día del libro del próximo año ya podamos festejar que de esta aventura han salido al menos dos libros.

Por lo pronto, si no lo han hecho, pueden leer el primero, Akhiré y los dos pilares, aquí.

Hasta el próximo miércoles.

PD: Quiero agradecer a esta página en la que me apoyo constantemente para redactar el blog: pixabay.

La mejor manera de rebanar una pizza

Esta es la entrada 376 de este blog.

Cuando buscaba una imagen para encabezar la entrada de la semana pasada, empecé a divagar sobre la manera como se rebanan las pizzas comúnmente:

Una pizza para una persona se suele partir en 4 rebanaditas, todas para la misma persona.

Una pizza para dos personas se suele partir en 6 rebanadas, que equitativamente serían tres para cada una.

Una pizza para tres se suele partir (por facilidad en el trazo de los cortes) en ¡8! rebanadas… Y 8 no es divisible entre 3 (ver más sobre divisibilidad y divisores aquí y aquí), por lo que se complica repartir adecuadamente.

Una posibilidad para ello es que una de las personas coma menos que las otras dos: ella se come dos rebanadas, las otras dos personas se comen tres y todos contentos.

¿Y si quisieran todos comer lo mismo?

Una opción muy tardada sería partir cada rebanada en tres (la pizza completa quedaría partida en 24 rebanaditas) y que cada quién se comiera ocho de esas tiritas (8/24, que es una tercera parte).

Una opción un poco menos tardada es que cada uno se comiera dos rebanadas enteras y las dos restantes las partieran en tres, dos para cada uno. Entonces cada persona se comería 2/8 + 2/24, que vuelven a ser los 8/24 o una tercera parte.

Y otra opción que implicaría una plantilla de corte o mucha habilidad para cortar así sería rebanar la pizza en nueve rebanadas en vez de ocho, para que a cada quién le tocaran tres (3/9, que es una tercera parte).

Ah… se me ocurre otra opción: cortar solo 3 rebanadas enormes, poner cada una en un plato suficientemente grande y que cada quién decida como comérselas, si partirlas más pequeñas o malabarear para morder esa rebanadota.

Yo advertí que mi mente se había puesto a divagar al pensar en fracciones y en pizza… ¿Qué otras opciones se les ocurren a ustedes para rebanar adecuadamente una pizza?

Pueden ver lo que he escrito sobre fracciones aquí, aquí y aquí.

Hasta el próximo miércoles.

PD: Quiero agradecer a esta página en la que me apoyo constantemente para redactar el blog: pixabay.

Un octavo

Esta es la entrada 375 de este blog. Un octavo se escribe en decimal como 0.375, de ahí el nombre.

La escribo para compartir una breve reflexión sobre algo que observé ayer y antier en internet:

  • Un video explicando cómo sacar el área de un triángulo «cuadriculado» en el que asumían que la medida de la diagonal de cada cuadrito era igual a la medida de su lado.
  • Un video de otro autor explicando el mismo ejercicio, en el que asumían que la base y la altura del triángulo correspondían a las medidas de dos de los lados del mismo (sin explicar que esto solo es válido si se usan los catetos de triángulos rectángulos). Y posteriormente multiplicando primero las medidas de los lados y luego haciendo varios cálculos más (se buscaba el volumen de un prisma de base triangular) antes de dividir entre dos (sin explicar que estaba obteniendo primero el volumen del prisma de base cuadrada para luego partirlo entre dos para llegar al de base triangular, o sacar el área del triángulo primero y luego multiplicarla por la altura).
  • Un video explicando la multiplicación con regletas y marcadores sobre un pizarrón blanco en el que el acomodo de las regletas no era congruente con el procedimiento que se estaba explicando.

Poniéndonos dramáticos, digamos que estaba perdiendo la fe en la humanidad.

Luego me acordé de también hay muchos videos bien hechos y útiles y pensé: de lo que se trata, como en todo lo demás que vemos en Internet, es de tener criterio y no aceptar como válido lo que nos dicen si no nos parece lógico o si no lo validamos con alguna otra fuente de confianza. Gracias, Érika, por preguntarme tus dudas sobre algunos de estos videos y hacerme reflexionar al respecto.

Incluso en lo que yo publico, aunque lo cuido mucho, también aparecen errores. Avísenme si encuentran alguno, por favor, y lo corrijo.

Como por ejemplo decir que 0.375 es 1/8, cuando realmente es 3/8, como los 3/8 que le faltan a la pizza de la imagen. 1/8 sería la rebanada que está suelta.

¿Se dieron cuenta?

Pueden ver lo que he escrito sobre fracciones aquí, aquí y aquí. Ya saben, si encuentran algún error, me avisan, por favor, para corregirlo.

Hasta el próximo miércoles.

PD: Quiero agradecer a esta página en la que me apoyo constantemente para redactar el blog: pixabay.