Ésta es la entrada 135 de este blog. 135 es múltiplo de 9, número que me gusta más que todos los demás (ver aquí por qué), así que la dedicaré a algo especial: reflexionar brevemente sobre una frase que acaba de surgir en una conversación con una amiga y que encabeza esta entrada (¡gracias, Irma, por la idea!)
Creo que la frase se explica por sí sola.
Pudiera pensarse que hay algunos aprendizajes que se consiguen sin propiamente quererlo, como que el fuego quema, pero incluso podemos negarnos a aprender eso, creyendo que nos quemamos por alguna otra razón, no por el fuego.
Así que tengamos en mente esa frase cuando nos veamos en la necesidad de aprender nuevas estrategias para la enseñanza a distancia. Sólo si queremos aprenderlas, lo haremos.
Y tengamos aún más presente la frase cuando estemos en nuestras clases virtuales, viendo el montón de caritas en la cuadrícula del monitor. ¿Cuántos de ellos quieren aprender lo que queremos enseñarles? ¿Cómo podemos hacer que todos quieran aprender? Unos minutos invertidos en motivarlos pueden salvar la clase.
Ya teníamos un gran reto.
El reto creció.
Crezcamos con él.
Busquemos que nuestros hijos y alumnos quieran aprender.
Y acompañémoslos a aprender, que es como yo veo a nuestra labor (ver más aquí)
¡Hasta el siguiente miércoles!
Rebeca
PD1: Aún no he logrado insertar en esta sección un botón que permita seguir el blog… lamento la molestia que implica ir a la página principal para hacerlo.
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