Esta es la entrada 175 de este blog. En unos días más volveré a las instalaciones de la universidad en la que trabajo para empezar a capacitarme en la enseñanza híbrida.
Confieso que me asusta, pero si pienso en la alegría de volver a estar en un salón de clases, en volver a llenarme las manos de gis (o tiza, según en el país en el que estén) se me pasa un poco.
De presencial a virtual fue un cambió muy drástico, de virtual a híbrido será un nuevo cambio drástico, con un sentido de urgencia distinto y la sensación, al menos en mi caso, de que ya no tengo tanta energía para repensar mis clases como en el cambio anterior, aunque confío en que solo sea porque estoy cerrando semestre y eso es agotador.
Seguramente en cuanto entre al salón de clases y escriba algo en el pizarrón los ánimos se renovarán.
La siguiente semana les platico qué voy aprendiendo al respecto.
Hasta el siguiente miércoles.
Rebeca
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