Mi experiencia docente me ha llevado a concluir que los dos pilares de una buena relación de las personas con las matemáticas son el pensamiento lógico matemático (ver más aquí y aquí) y el sentido numérico (ver más aquí y aquí). Por ello he escrito esas cuatro entradas y muchas secciones de otras entradas de este blog orientadas al desarrollo de ambos pilares.
Por medio de las preguntas que hacemos (ver más sobre preguntas con intención didáctica clara aquí) podemos desafiar y fortalecer el pensamiento lógico matemático en nuestros hijos y alumnos, o podemos forzarlos a desconectarlo, debido a que responder la pregunta implica salir del mundo real y entrar a un mundo irreal en el que la respuesta matemática es correcta, aunque no sea una verdadera solución al problema planteado, en el sentido de que no sería lógico que ocurriera en la realidad.
Hoy revisaremos algunos ejemplos de ambos casos.Leer más »


De entre las figuras geométricas básicas que existen: cuadrado, triángulo, rectángulo, círculo…, el círculo posee características que lo hacen muy diferente a las demás, empezando porque se necesita un compás para dibujarlo, a comparación de las que se dibujan con regla (bueno, también se pueden dibujar a mano alzada, como en la imagen, pero no quedan tan bien).
Los profesores y los papás hacemos preguntas a nuestros alumnos e hijos y esperamos provocar en ellos un proceso de pensamiento (como fichas de dominó que caen una tras otra, o como algo más complejo) que los lleven a ciertas respuestas. Para algunas preguntas, las respuestas pueden obtenerse y/o expresarse de diferentes formas. Según la intención didáctica de la pregunta (lo que queremos que aprendan al contestarla), puede ser necesario que sea respondida de cierta forma y/o con cierto proceso. Sobre eso compartiré algunas ideas hoy.