Tengo un sueño

Ésta es la entrada 162 de este blog. 162 es múltiplo de nueve, que es un número que me gusta más que todos los demás (ver por qué aquí). Al revisar la cantidad de personas suscritas a este blog el día de hoy, resulta que hay ¡216! otro múltiplo de nueve, que es un «anagrama» del número de entrada. La publicaré a las 10:26 pm para que la hora también vaya «a juego».

Linda coincidencia.

Toca escribir algo especial, pero sigo sin mucha inspiración, así que sólo contaré brevemente que continúo escribiendo cada miércoles buscando mantener vivo mi sueño de mejorar la relación de los niños y las personas en general con las matemáticas, para que todos podamos tener una mejor educación y un mejor futuro.

Como parte de mi sueño, un niño se desvela leyendo emocionado, a escondidas, un libro de matemáticas.

A seguir trabajando para conseguirlo.

¡Hasta el siguiente miércoles!

Rebeca

PD1: Aún no he logrado insertar en esta sección un botón que permita seguir el blog… lamento la molestia que implica ir a la página principal para hacerlo.

PD2: Quiero agradecer a estas páginas en las que me apoyo constantemente para redactar el blog: pixabay y webresizer

161

Ésta es la entrada 161 de este blog.

161 es un lindo número capicúa… como la fecha capicúa que vivimos hace unos días:

12 02 2021

(Ver más sobre números capicúa aquí)

161 parece primo, pero no lo es, se descompone en 7 * 23 (no es múltiplo de 2 ni de 3 ni de 5… por eso no es sencillo saber que es compuesto)

(Ver más sobre números primos aquí).

La siguiente entrada, la 162, será múltiplo de 9, por lo que será especial.

Por hoy la inspiración no me da para más…

¡Hasta el siguiente miércoles!

Rebeca

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Los dos factores primos de diez

Ésta es la entrada 160 de este blog. 160 expresado en factores primos es 2^5 * 5, así que quise escribir algo sobre esos dos pequeños factores, indispensables para generar cualquier múltiplo de diez.

La mayoría de nosotros tenemos dos manos, cada una con cinco dedos, con lo que completamos los cinco más cinco igual a diez dedos que sirvieron como base a nuestro sistema numérico decimal (ver más aquí).

También puede pensarse desde otra perspectiva: tenemos dos pulgares, dos índices, dos cordiales, dos anulares y dos meñiques, que vuelven a ser nuestros dos más dos más dos más dos más dos, igual a diez dedos.

Dos veces cinco o cinco veces dos es igual a diez.

Creo que puede ser una simpática forma de mostrarles a nuestros hijos y alumnos la conmutatividad de la multiplicación con algo que no sólo tienen en sus manos.

Son sus manos.

Considero que les quedará bastante claro que el orden de los factores no altera el producto.

Pueden jugar con sus manos, juntándolas en un cinco más cinco, y luego ir moviendo los dedos por pares en un dos más dos más…

Estoy escribiendo esto afuera de la página, porque en este momento no hay Internet en zonas importantes de mi país. Confío en que llegue a tiempo para subir la entrada como cada miércoles.

Junto mis manos para imaginarme lo que estoy escribiendo y aprovecho para elevar una oración, primero para que vuelva el Internet y después para que se acabe la pandemia y podamos volver a los salones de clases.

Lo extraño tanto…

¡Hasta el siguiente miércoles!

Rebeca

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PD2: Quiero agradecer a estas páginas en las que me apoyo constantemente para redactar el blog: pixabay y webresizer

Además de simple, del tamaño adecuado

Ésta es la entrada 159 de este blog. Comparto hoy una breve reflexión sobre otra situación que observé al apoyar a una jovencita para estudiar matemáticas (primero de secundaria) hace unos días.

El tema era jerarquía de operaciones (ver más aquí).

La jovencita necesitaba evaluar una expresión que ocupaba todo el renglón. Llaves, corchetes, paréntesis, anidados, y dentro varias potencias, raíces, productos, cocientes, sumas y restas… Todo en uno.

Literalmente.

Todo mezclado en un único ejercicio.

Y el procedimiento a seguir era repetir todo, calculando una sola operación cada vez. Le tomó como quince renglones resolver UN único ejercicio.

La actividad completa era un único ejercicio.

Creo que está bien, es hasta emocionante, cuando el alumno ya ha practicado lo suficiente con ejercicios mucho más pequeños, adecuados al tamaño de su mano y de la habilidad que ya haya adquirido.

Si no están listos, la experiencia puede ser abrumante, sobre todo si la calificación se llega a basar en conseguir el resultado correcto.

Tengamos mucho cuidado con la graduación de la dificultad de los ejercicios con los que practican nuestros alumnos, para que mantengan el nivel de motivación adecuado (ni se aburran ni se abrumen).

Nuestros alumnos y nosotros la pasaremos mejor.

¡Hasta el siguiente miércoles!

Rebeca

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