El promedio oculta el detalle

Esta es la entrada 245 de este blog. La escribo mientras analizo los resultados obtenidos en el diagnóstico que aplicamos a las cinco escuelas que estaremos apoyando en el proyecto de Escuela en Comunidad (ver más aquí). Hay mucho por reflexionar al respecto, pero lo que quiero compartir aquí es que, si solo le entrego al docente el promedio obtenido por sus alumnos, realmente no le estoy diciendo nada útil.

Lo que sí puede servirle es mostrarle el detalle alumno por alumno, reactivo por reactivo, luego un resumen por reactivo y por alumno, para identificar los alumnos que necesitan más ayuda y los temas que necesitan reforzarse. Y al final, solo al final, y a quien así lo necesite, el promedio por grupo, por grado, por escuela y por el programa completo. Cada nuevo promedio va ocultando detalles de la capa anterior, pero es necesario para entregar una información más compacta y global a las personas que están más lejos de los estudiantes, que son los que coordinan el programa.

Porque la estadística es la ciencia que dice que, si tú te comiste dos panes y yo me comí cero panes, en promedio nos comimos un pan cada uno y no deberíamos de tener hambre… aunque yo sí estoy hambrienta.

En este mismo sentido recuerdo que hace tiempo me dijeron que preparar la clase para el alumno promedio es prepararla para nadie, porque lo más probable es que ninguno de nuestros alumnos tenga las características exactas del promedio.

Cuidemos con qué información trabajamos, para que sea la que nos ayude a preparar mejor nuestras clases y hacer mejor nuestro trabajo.

Hasta el próximo miércoles.

Rebeca

PD1: Aún no he logrado insertar en esta sección un botón que permita seguir el blog… lamento la molestia que implica ir a la página principal para hacerlo.

PD2: Quiero agradecer a estas páginas en las que me apoyo constantemente para redactar el blog: pixabay y webresizer

Una idea para aprovechar la constancia de la resta

Esta es la entrada 244 de este blog. Hace poco escribí en una entrada, «Cuando no sé lo que no sé» (ver aquí), que, aunque los docentes con los que estoy trabajando no mencionan que se les dificulta enseñar la resta con transformación, la realidad es que muchos de sus alumnos no saben contestar ejercicios en los que necesitan transformar. Hoy quiero compartir una idea sobre ese tema que puede resultarles útil.

Hace mucho tiempo escribí una entrada sobre sumas y restas con transformación, en la que además explicaba cómo usar la constancia de la suma y la resta (ver aquí).

La constancia de la resta es útil para facilitar ciertos cálculos mentalmente. Es la que nos permite «pensar» así:

9 – 3 = 6

Si resto dos al minuendo y al sustraendo, el resultado se mantiene:

7 – 1 = 6

Entonces 75 – 18, quitándole 5 a minuendo y sustraendo son 70 – 13 que son 57.

También podemos hacerlo sumando al minuendo y al sustraendo:

75 – 18, sumándole 2 a minuendo y sustraendo son 77 – 20, que son 57.

Veamos ahora una aplicación útil de la constancia de la resta, para el caso en el que el minuendo tiene solo ceros al final:

6000 –

3795

Le restamos 1 al minuendo y al sustraendo y luego hacemos la resta sabiendo que el resultado será el mismo que en la operación original:

5999-

3794

2205

¡No se necesitó transformar nada!

Por favor, si lo van a enseñar así, expliquen primero por qué funciona, con ejemplos como los que di al principio aquí. La base de este blog es explicar siempre por qué funciona lo que propongo, para que sea más sencillo asimilar y recordar. Esto no es un truco mágico ni un atajo, es solo usar las propiedades de las matemáticas a nuestro favor.

Sigamos fomentando la correcta comprensión de las matemáticas.

Hasta el próximo miércoles.

Rebeca

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Mucho por hacer…

Esta es la entrada 243 de este blog. 243 es múltiplo de 9, número que me gusta más que los demás (ver por qué aquí).

La escribo después de visitar las cinco escuelas en las que estaremos apoyando a los docentes para que mejoren las bases matemáticas de sus alumnos, para que su desempeño general en la materia y en la escuela mejore.

Muchas gracias a todos los capacitadores que me acompañaron. Creo que todos salieron de su respectiva escuela conmovidos por la experiencia de ver que hay… mucho por hacer, pues los pequeñitos, después de la pandemia, mostraron menos habilidades y conocimientos de los que esperábamos. Será un largo camino, que aún no podemos ver del todo, pero ya hemos dado los primeros pasos y vemos a los docentes comprometidos con sus pequeños. Confío en que tendremos logros interesantes con los juegos con los que estarán trabajando los docentes con sus alumnos (ver aquí). Ya les iré contando.

Hasta el próximo miércoles.

Rebeca

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PD2: Quiero agradecer a estas páginas en las que me apoyo constantemente para redactar el blog: pixabay y webresizer

Cuando no sé lo que no sé

Esta es la entrada 242 de este blog. La dedicaré a una breve reflexión docente:

Hace poco hice una encuesta entre unos 60 maestros de primaria sobre lo que más trabajo les costaba enseñar. Entre las respuestas más frecuentes estuvo:

–Aquello para lo que los estudiantes no tienen las bases suficientes

–Aquello para lo que ellos no tienen las estrategias suficientes para que sus diferentes alumnos entiendan.

–Fracciones.

Sobre fracciones he escrito tres entradas

Fracciones, ¿qué las hace tan especiales?

Fracciones, simplificar y amplificar

Fracciones, ¿cómo hacer operaciones con ellas?

Sobre estrategias para enseñar muchos temas de matemáticas básicas trata este blog.

Y para mejorar las bases matemáticas de los estudiantes tengo tres materiales didácticos (ver aquí)

Por el título de esta entrada se darán cuenta de que se trata de algo más:

Después de revisar las encuestas apliqué un diagnóstico a algunos estudiantes y lo que descubrí me pareció muy interesante: un tema que casi ninguno domina es la resta con transformación, a pesar de que es un tema que ninguno de los docentes dijo que le costara trabajo enseñar (ver una propuesta de cómo enseñarlo aquí).

Si el docente no es consciente de que no está enseñando bien ese tema y, por tanto, le cuesta trabajo abordarlo, nunca va a poner de su parte para mejorar su práctica.

La breve reflexión es: analicemos objetivamente lo que realmente sabemos o no sabemos enseñar y trabajemos en mejorar aquello que es mejorable.

Hasta el próximo miércoles.

Rebeca

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