Iguales

Esta es la entrada 279 de este blog. 279 es múltiplo de 9, número que me gusta más que todos los demás (ver por qué aquí). Y si le agregamos que hoy es «fecha nueve»: 24 / 05 / 2023 -> 2 + 4 + 0 + 5 + 2 + 0 + 2 + 3 = 18 -> 1 + 8 = 9, es un buen día para una reflexión matemático-filosófica. Ah, también el número de suscriptores llega hoy a un múltiplo de 9, así que estoy contenta por partida triple.

He escrito antes sobre el signo igual y cómo su correcta comprensión en aritmética abona a una correcta iniciación al álgebra (ver aquí).

También he escrito sobre otra situación matemática relacionada con el concepto de igualdad: al entender el concepto de fracción, debe quedarnos claro que las partes en las que se divide el entero deben ser iguales (ver más aquí).

Hace dos semanas comenté que estaba leyendo sobre las matemáticas y la justicia social y compartí algunas reflexiones al respecto (ver aquí). He seguido leyendo sobre el tema, que tiene muchas aristas. La que quiero compartir aquí es esta: Si queremos dar a nuestros hijos y alumnos oportunidades iguales (o al menos similares) en la vida, necesitamos tratarlos distinto a cada uno, dándoles lo que necesitan para lograr esa igualdad después de haber interactuado con nosotros.

En la imagen que encabeza esta entrada se representa esa idea, que suele expresarse como «equidad». Si a los tres estudiantes se les da un banco de la misma altura para alcanzar unos libros en una repisa, al primero le sobrará altura, al segundo le quedará bien y el tercero no alcanzará los libros.

Si identificamos las características y necesidades de cada uno antes de darles el banco, a pesar de no recibir apoyos «iguales», el resultado final es que tienen oportunidades «iguales» de alcanzar los libros. Y eso, recibir un trato equitativo, es decir, que los lleve a oportunidades iguales o, al menos, similares, es lo importante.

¿Fácil? No suele ser fácil lo que propongo en las reflexiones. Busco agitar mentes y corazones para que cada quién encuentre qué le resuena y cómo tomarlo en cuenta.

Por lo pronto, estoy en la búsqueda y prueba de ideas para que aquellos estudiantes con un rezago muy superior al de sus pares (debido a que no han sido correctamente acompañados en su experiencia previa en la escuela) puedan alcanzarlos.

¿Fácil?

Claro que no.

De todas formas lo quiero intentar. Ya les contaré qué logro. Cuéntenme, por favor, qué hacen ustedes para, tratando diferente a sus hijos y alumnos, lograr que lleguen a oportunidades iguales.

Hasta el próximo miércoles.

Rebeca

PD1: Quiero agradecer a esta página en la que me apoyo constantemente para redactar el blog: pixabay