Esta es la entrada 328 de este blog. Se publica el 1 de mayo, Día del Trabajo en varios países, incluido México. Hagamos una reflexión al respecto.
¿Cuántas personas necesitan las matemáticas en sus trabajos?
La respuesta rápida y verdadera es: TODAS
Una respuesta más elaborada es: todas, pero de diferente manera, con diferente profundidad y frecuencia.
Hasta alguien que está filosofando sobre si el vaso que encabeza esta entrada está «medio lleno» o «medio vacío» está usando matemáticas, pues «medio» es una medida fraccionaria (ver más sobre fracciones aquí, aquí y aquí).
Si nos ponemos exigentes, aunque parece que el agua está por llegar a la mitad de la altura del espacio en el que se le puede poner agua al vaso, la realidad es que las paredes están inclinadas, por lo que la cantidad de agua que tiene en esa imagen es bastante menor a la mitad de la que le cabe.
Si un vaso tiene paredes perpendiculares a la base (o sea, es un cilindro recto, sus paredes no se inclinan), con matemáticas tan sencillas como la medida de longitud se puede decir a qué altura está lleno a la mitad.
Si un vaso tiene paredes oblicuas (inclinadas) como el de la imagen, se necesita geometría en tercera dimensión para determinar la altura a la que el vaso contiene la mitad del volumen posible.
Y si nos ponemos creativos, para paredes curvas también se puede calcular, solo se necesita usar cálculo diferencial e integral.
Tengo por convicción no «dar sermones» sobre que las matemáticas están en todas partes, porque, aunque sé que es cierto, creo que «sermonear» al respecto es contraproducente.
Soy más partidaria de mostrarlo sutilmente, como acabo de intentar hacer: ante situaciones sencillas, matemáticas sencillas. Y conforme las situaciones se van volviendo más complejas, las matemáticas para trabajar con ellas también.
Si los apoyamos para entender matemáticas cada vez más complejas, preparamos a nuestros hijos y alumnos para enfrentar a situaciones cada vez más complejas y retadoras, para que tengan más libertad de elección tanto de carrera como laboral.
Así de sencillo… Así de complejo.
¡Hasta el siguiente miércoles!
Rebeca
PD1: Quiero agradecer a esta página en la que me apoyo constantemente para redactar el blog: pixabay

Ésta es la entrada 65 del blog. La dedicaremos a tratar un tema que, dependiendo de cómo se le aborde, puede asustar a muchos. Como podrán imaginar, buscaré abordarlo de manera que no asuste, antes bien, despierte la curiosidad. Les adelanto que esta entrada no contendrá el desarrollo de ningún tema de la materia propiamente, más bien nos concentraremos en entender qué es el cálculo (diferencial e integral), qué fue necesario que pasara para que fuese descubierto, cuáles son sus aplicaciones y cómo podemos preparar a nuestros hijos y alumnos, desde la primaria y la secundaria, para que su paso por los cursos de cálculo sean suaves y enriquecedores.
Esta entrada la dedicaremos a analizar y contrastar distintos casos a los que nos podemos enfrentar al determinar límites de forma analítica (sin depender de las gráficas), incluyendo límites infinitos y al infinito, que ni con un telescopio podríamos verles el final (de ahí la imagen que encabeza este texto). El alcance de esta entrada serán las funciones polinómicas, racionales, radicales, exponenciales y logarítmicas sencillas.
Por ello debemos tener diversos cuidados al entender, aprender y enseñar los conceptos y procedimientos relacionados con límites en matemáticas. En la entrada de hoy revisaremos las dificultades a las que solemos enfrentarnos para poder entender este concepto, así como las bases para sí lograr entenderlo adecuadamente. En la siguiente complementaremos con los distintos casos que necesitamos identificar al momento de determinar los límites y la forma de trabajar en cada uno.