Cuando 5 + 5 no son 10

Esta es la entrada 298 de este blog, la dedicaré a una breve reflexión sobre la importancia de tener un conocimiento matemático básico para evitar ser engañados.

En resumen: hace unos días me contactó una persona para ofrecerme una tarjeta de crédito, con el argumento:

… si usted tiene dos tarjetas de las cuales paga el 5% cada una, entonces está pagando el 10% y yo le ofrezco una única tarjeta con la que pagará solo el 3.5% …

(Les ahorro el resto de la conversación, lo importante está en esa frase)

Cuando tomó aire para respirar y pude hablar yo, le dije:

-Señorita, soy maestra de matemáticas y lo que me acaba de decir no tiene ningún sentido. No me interesa su tarjeta, muchas gracias.

Y colgué.

No sé si ese argumento lo ideó ella por desconocimiento o le instruyeron que lo hiciera así, pero es un engaño. Simplificando los números:

Si en una tarjeta debo $1000 y pago el 5% mensual, entonces pago $50 mensuales

Si en una segunda tarjeta también debo $1000 y también pago el 5% mensual, también pago $50 mensuales

O sea que de una deuda total de $2000, pago $100, que es el 5% del total, no el 10% que la señorita me quería hacer creer.

Los porcentajes son un tema que son muy «de la vida real» y vaya que resultarían «aprendizaje significativo» y, sin embargo, necesita mejorarse mucho su enseñanza-aprendizaje la escuela.

Hace algún tiempo escribí una entrada al respecto, pueden verla aquí.

¡Hasta el siguiente miércoles!

Rebeca

PD1: Quiero agradecer a esta página en la que me apoyo constantemente para redactar el blog: pixabay

Cavando hasta encontrar el por qué

Esta es la entrada doble 295 y 296 de este blog. Se publica el 20/09/2023, que es un «día 9» porque sus dígitos sumados hasta que quede solo un dígito dan 9: 2+ 0 + 0 + 9 + 2 + 0 + 2 + 3 = 18 -> 1 + 8 = 9. El nueve es un número que me gusta más que los demás (ver por qué aquí).

Es una entrada doble porque la semana pasada fue algo caótica y no me di el tiempo para compartirles una reflexión que me interesaba compartir y que justo hoy, en la semana 296 de publicación de este blog, queda muy bien:

Como múltiplos de 9, o números cuya raíz digital es 9, solo son uno de cada nueve números, me agradan también los múltiplos de 3, que son mucho más numerosos (el triple).

Revisando unas cantidades por ahí me di cuenta de un simpático patrón relacionado con los múltiplos de 3; esto es, con los números que son divisibles entre 3 (ver más sobre divisibilidad aquí):

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Un tercio, un cuarto, un quinto

Esta es la entrada 277 de este blog. Como dije la semana pasada, hoy se celebra en México el Día de las Madres, así que las florerías y los restaurantes están llenos de clientes, algunas escuelas lo dedican a festivales y festejos y muchos negocios cierran temprano. Pero aquí estoy yo, publicando como cada miércoles una breve reflexión.

Ya he platicado antes sobre Eduardo Sáenz de Cabezón, un divulgador de matemáticas un tanto complejas. Tiene un video muy interesante que se llama “Las matemáticas nos hacen más libres y menos manipulables”. Lo recordé en estos días porque estoy buscando información sobre las matemáticas y la justicia social y, como Eduardo, considero que unas bases matemáticas decentes nos ayudan a que nos engañen menos (y seamos menos víctimas de injusticias).

Además de los ejemplos que da Eduardo en su video, quiero compartir otras ideas por aquí:

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Acompañar por el mejor camino

Esta es la entrada 275 de este blog.

La escribo un día después de que una buena amiga me preguntó que para qué le enseñaban a su hija en la escuela a sumar fracciones con el mismo denominador usando ¡el método mariposa!

Planteamiento:

2 / 3 + 5 / 3 =

Método propuesto:

Para obtener el numerador multiplicar el 3 bajo el 5 por el 2 y el 3 bajo el 2 por el 5 y sumarlos: 3x5+3x2 = 21

Para obtener el denominador multiplicar el primer denominador por el segundo: 3x3 = 9

Resultado: 2 / 3 + 5 / 3 = 21 / 9

Y creo que hasta ahí se quedaban, no simplificaban el resultado.

Mi amiga me decía: ¿para qué usar ese camino tan largo si se pueden sumar el 2 y el 5 y llegar a 7/3 rápidamente.

Respiré para recuperar la calma antes de contestar:

Porque de esa manera solo necesitan enseñar un «camino» (un algoritmo) para cualquier suma o resta de fracciones, sin importar cómo sean los denominadores entre sí (iguales, múltiplos, primos, ninguna de las anteriores).

El método mariposa es un método «todo terreno», admito esa ventaja. Funciona para sumar o restar cualquier «par» de fracciones.

Entre sus desventajas está el hecho de que para sumar o restar más de dos fracciones ya no funciona directamente, sino que se requiere hacer dos o más veces consecutivas. Además, se trabaja con números más grandes, lo cuál aumenta la posibilidad de error. Y con frecuencia se llega a fracciones que no están completamente simplificadas, lo cual implica un siguiente paso o quedarse con una fracción expresada con números más grandes de lo que deberían.

¿Cuál sería un camino más adecuado? El revisar las fracciones a sumar, obtener el mínimo común denominador, generar las fracciones equivalentes a las originales, pero homogéneas (mismo denominador entre sí), y proceder a sumar o restar. Como sé que este es un tema de los más relevantes en el aprendizaje de las matemáticas básicas, escribí sobre él en las primeras entradas que publiqué. Las comparto por aquí para que tengan la información completa:

Fracciones ¿qué las hace tan especiales? (ver aquí)

Fracciones: simplificar y amplificar (ver aquí)

Fracciones: ¿cómo hacer operaciones con ellas? (ver aquí)

La «desventaja» de este método es que requiere pensar y acaban siendo tres caminos distintos los que se toman, dependiendo del tipo de fracciones a sumar/restar. Y enseñar a pensar es más tardado de enseñar que enseñar a mecanizar, aunque sea más útil para la vida diaria.

Cuidemos qué atajos (o caminos genéricos, como en este caso) les proponemos a nuestros hijos y alumnos.

Hasta el próximo miércoles.

Rebeca

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¿632 entre 9 toca a 69 y sobran 11?

Esta es la entrada 274 de este blog.

Acabo de ver en internet un interesante truco para dividir entre 9. Como todo lo que tiene relación con el 9 me fascina (ver por qué aquí), me di a la tarea de encontrar su justificación.

Este es el truco:

Para dividir 421 entre 9 lo que se hace es:

Se toma el primer dígito como inicio de la respuesta: 4

Se suman el primero y el segundo dígitos y eso da el segundo dígito de la respuesta: 4 + 2 = 6. Respuesta 46

A la suma anterior se le suma el último dígito, 1, y ese es el resto: 6 + 1 = 7

Por lo tanto, 421 entre 9 es igual a 46 y sobran 7.

Si lo hacemos en reversa: 46 x 9 + 7 = 421, con lo que comprobamos que está bien el resultado.

Interesante, ¿no? ¿Funcionará siempre? Sigan leyendo.

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«La» proporción áurea realmente son dos

Esta es la entrada 256 de este blog. La escribo el día en que mi nuevo amigo, Manuel, me regaló una edición en pasta dura de «La proporción áurea» de Mario Livio. Al comentar cuál es el valor de phi (la susodicha proporción áurea), yo empecé a decir: uno punto… y él se sorprendió, pues recordaba haber visto que el valor era menor a uno.

Entonces le expliqué que «La» proporción áurea no es un único valor, pues tiene un comportamiento que podría considerarse mágico y que, representado algebraicamente, se llega a una ecuación cuadrática con dos resultados distintos. Y le mostré la entrada que escribí al respecto hace mucho, mucho tiempo. Fue la entrada 9 de este blog, dedicada a la par al número 9 y a phi. Pueden ver todos los detalles sobre ambos números aquí.

Gracias por el libro, Manuel.

Hasta el próximo miércoles.

Rebeca

PD1: Aún no he logrado insertar en esta sección un botón que permita seguir el blog… lamento la molestia que implica ir a la página principal para hacerlo.

PD2: Quiero agradecer a estas páginas en las que me apoyo constantemente para redactar el blog: pixabay y webresizer

Dentro del zapato

Esta es la entrada 253 de este blog. Releyendo por enésima vez las tiras de Mafalda me encontré con esta:

Me dio mucha ternura ver cómo a Manolito se le complica hacer el cálculo por falta de dedos (aunque hubiera tenido 10, faltaban más de 10 días para Navidad).

Entonces recordé que en otra tira el mismo personaje había duplicado su capacidad de cálculo con solo cambiar sus zapatos por sandalias:

Permitamos que nuestros hijos y estudiantes usen los dedos mientras los necesiten, pues es el material concreto más práctico de usar, pero acompañémoslos para que pronto memoricen los resultados de las sumas y restas básicas y traer sandalias deje de ser necesario.

Hasta el próximo miércoles.

Rebeca

PD0. Las imágenes de las tiras de Mafalda las obtuve de aquí.

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El promedio oculta el detalle

Esta es la entrada 245 de este blog. La escribo mientras analizo los resultados obtenidos en el diagnóstico que aplicamos a las cinco escuelas que estaremos apoyando en el proyecto de Escuela en Comunidad (ver más aquí). Hay mucho por reflexionar al respecto, pero lo que quiero compartir aquí es que, si solo le entrego al docente el promedio obtenido por sus alumnos, realmente no le estoy diciendo nada útil.

Lo que sí puede servirle es mostrarle el detalle alumno por alumno, reactivo por reactivo, luego un resumen por reactivo y por alumno, para identificar los alumnos que necesitan más ayuda y los temas que necesitan reforzarse. Y al final, solo al final, y a quien así lo necesite, el promedio por grupo, por grado, por escuela y por el programa completo. Cada nuevo promedio va ocultando detalles de la capa anterior, pero es necesario para entregar una información más compacta y global a las personas que están más lejos de los estudiantes, que son los que coordinan el programa.

Porque la estadística es la ciencia que dice que, si tú te comiste dos panes y yo me comí cero panes, en promedio nos comimos un pan cada uno y no deberíamos de tener hambre… aunque yo sí estoy hambrienta.

En este mismo sentido recuerdo que hace tiempo me dijeron que preparar la clase para el alumno promedio es prepararla para nadie, porque lo más probable es que ninguno de nuestros alumnos tenga las características exactas del promedio.

Cuidemos con qué información trabajamos, para que sea la que nos ayude a preparar mejor nuestras clases y hacer mejor nuestro trabajo.

Hasta el próximo miércoles.

Rebeca

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Una idea para aprovechar la constancia de la resta

Esta es la entrada 244 de este blog. Hace poco escribí en una entrada, «Cuando no sé lo que no sé» (ver aquí), que, aunque los docentes con los que estoy trabajando no mencionan que se les dificulta enseñar la resta con transformación, la realidad es que muchos de sus alumnos no saben contestar ejercicios en los que necesitan transformar. Hoy quiero compartir una idea sobre ese tema que puede resultarles útil.

Hace mucho tiempo escribí una entrada sobre sumas y restas con transformación, en la que además explicaba cómo usar la constancia de la suma y la resta (ver aquí).

La constancia de la resta es útil para facilitar ciertos cálculos mentalmente. Es la que nos permite «pensar» así:

9 – 3 = 6

Si resto dos al minuendo y al sustraendo, el resultado se mantiene:

7 – 1 = 6

Entonces 75 – 18, quitándole 5 a minuendo y sustraendo son 70 – 13 que son 57.

También podemos hacerlo sumando al minuendo y al sustraendo:

75 – 18, sumándole 2 a minuendo y sustraendo son 77 – 20, que son 57.

Veamos ahora una aplicación útil de la constancia de la resta, para el caso en el que el minuendo tiene solo ceros al final:

6000 –

3795

Le restamos 1 al minuendo y al sustraendo y luego hacemos la resta sabiendo que el resultado será el mismo que en la operación original:

5999-

3794

2205

¡No se necesitó transformar nada!

Por favor, si lo van a enseñar así, expliquen primero por qué funciona, con ejemplos como los que di al principio aquí. La base de este blog es explicar siempre por qué funciona lo que propongo, para que sea más sencillo asimilar y recordar. Esto no es un truco mágico ni un atajo, es solo usar las propiedades de las matemáticas a nuestro favor.

Sigamos fomentando la correcta comprensión de las matemáticas.

Hasta el próximo miércoles.

Rebeca

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