En pausa

Ésta es la entrada 154 de este blog. El mundo está, en mayor o menor medida, en pausa en estos días previos al cambio de año. Aprovecharé para pausarme yo también.

¡Hasta el siguiente miércoles!

Rebeca

PD1: Aún no he logrado insertar en esta sección un botón que permita seguir el blog… lamento la molestia que implica ir a la página principal para hacerlo.

PD2: Quiero agradecer a estas páginas en las que me apoyo constantemente para redactar el blog: pixabay y webresizer

Para estos días sin clases…

Ésta es la entrada 152 de este blog. El periodo vacacional está por empezar, así que me pareció apropiado redirigir esta entrada a una anterior sobre Matemáticas en vacaciones, en la que proponía algunas actividades (tomen en cuenta que fue escrita antes de la pandemia, así que no todo podrá hacerse en estos momentos).

Para quien vaya a estar en contacto con niños muy pequeños, puede aprovechar para prepararlos para que se enfrenten de una mejor manera a las matemáticas escolares (ojo, sólo prepararlos, no acelerarlos). Escribí tres entradas al respecto, que pueden consultar aquí: uno, dos y tres.

Para quien, en cambio, vaya a estar en contacto con adolescentes y jóvenes nacidos del 2000 en adelante, pueden aprovechar para tratar de entenderlos mejor leyendo lo que escribí sobre la Generación Centennial.

A cargar pila, descansar de las pantallas y prepararnos para el 2021.

¡Hasta el siguiente miércoles!

Rebeca

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150 semanas sin romper una ventana

Ésta es la entrada 150 de este blog. Para mí las entradas más especiales son las que son múltiplo de nueve (ver por qué aquí), sin embargo, admito que ciento cincuenta es un número que también amerita escribir algo diferente (además de que hoy es fecha nueve: 2/12/2020).

Será una breve reflexión sobre la interpretación que yo le doy a la teoría de las ventanas rotas y cómo me ha servido para publicar cada semana, por lo menos unos cuántos párrafos.

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Agridulce

Ésta es la entrada 149 de este blog. La escribo un día después de la última clase con mis alumnos de este semestre, a quienes conocí a principios de agosto. Ya sólo queda la evaluación final.

Pensando en qué escribir hoy, me di cuenta de que cerrar la última sesión del ciclo fue un momento agridulce.

Me alegra ya poder descansar de la tensión que es la enseñanza virtual.

Pero ya empecé a extrañarlos. Me entristece saber que no los volveré a tener como grupo. Ambos fueron muy buenos grupos. ¡Gracias por todo, chavos! Creo que, a pesar de todo, logramos conectar.

Es bueno que así sean las cosas, sería terrible que fueran agrias todo el tiempo, pero serían demasiado monótonas si fueran dulces todo el tiempo.

Busquemos que así también sean nuestras clases: gran esfuerzo una parte del tiempo, un poco más relajados otra parte, diversión otra…

Como esas golosinas que encabezan esta entrada.

Como la vida, que es un salón de clases gigantesco.

¡Hasta el siguiente miércoles!

Rebeca

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De abejas y girasoles

Ésta es la entrada 147 de este blog. La escribo dentro de un remolino de investigación sobre los patrones que podemos encontrar en la naturaleza, para una sesión de un curso que me pidieron dar (¡gracias, Serafín!).

Los hexágonos de los panales de las abejas y las espirales de semillas de los girasoles son mencionados frecuentemente con relación a este tema, pero hay mucho, mucho más.

Compartiré algunas ideas aquí en entradas futuras, hoy sólo dejaré este dato por aquí:

No, las abejas no hacen sus panales de forma hexagonal.

Los hacen redondos, que es la forma más sencilla de generar en la naturaleza

… y el calor los deforma a la configuración física más eficiente para recubrir un espacio: hexágonos.

Y me retiraré lentamente…

¡Hasta el siguiente miércoles!

Rebeca

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En caso de duda, vuelve al origen

Ésta es la entrada 146 de este blog. La escribo en semana de evaluación parcial de mis alumnos. No les fue tan bien como yo hubiera esperado, aunque en estos días nada es como esperaríamos.

Tristeando por eso y pensando en qué compartir, se me ocurrió una pequeña idea:

Cuando las enormes responsabilidades y los resultados poco halagadores nos abrumen, volvamos al origen:

¿Por qué decidimos ser docente?

Se me ocurre una interesante respuesta: «porque no sabíamos en lo que nos estábamos metiendo».

Quizá, pero creo que todo lo pesado que puede ser se compensa con creces al ver la cara de un alumno cuando por fin entendió algo (cosa que con la virtualidad es mucho más difícil de experimentar… ¡cómo lo extraño, caray!).

Lo que ni la virtualidad puede quitarnos es la capacidad de influir positivamente en un montón de vidas, de maneras insospechadas.

Cuando la labor docente nos abrume… volvamos al origen y recordemos el enorme privilegio que representa.

¡Ánimo!

¡Hasta el siguiente miércoles!

Rebeca

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¿Cómo estoy buscando conectar y empatizar con mis alumnos?

Ésta es la entrada 144 de este blog. 144 es múltiplo de nueve, número que me gusta más que el resto (ver por qué aquí), por lo que toca escribir sobre algo especial.

Le quedan poco menos de seis semanas de clases a este semestre, así que creo que es un buen momento para compartir aquí lo que he hecho para intentar conectar y empatizar con mis alumnos bajo las peculiares circunstancias que estamos viviendo, por si a alguno de ustedes le sirve mi experiencia, ya sea para continuar o cerrar este periodo, o para abrir el siguiente, que todo indica que seguirá siendo especial.

La entrada va dedicada a mis dos grupos de alumnos actuales (en estricto orden alfabético):

Carola, Chava, Diana Laura, Diana, Gama, Gerardo, Isaac, Juan Pablo, Juanda, Karla, Locho, Manuel, Marco, Mariana, Miguel, Ochoa, Orellana, Paco, Pali, Pato, Rodrigo, Rojo y Sofía, del grupo FC10 y a Álvaro, Arturo, Chava, Christian, Coque, Ivana, Mariana, Mauro, Ramsés, Vivian y Xibille, del grupo FC11.

¡Muchas gracias por su paciencia, su entusiasmo, su apertura y sus ganas de aprender y sacar lo mejor de esta situación!

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Lo que mantiene a una pared en pie son buenos ladrillos bien ensamblados, no un recubrimiento bonito.

Ésta es la entrada 141 de este blog. 141 es un simpático número capicúa múltiplo de 3 (ver más sobre números capicúas aquí). Llevo desde temprano pensando en lo que quería compartir hoy, sin saber cuál sería la mejor forma.

Como tantas otras veces, el cómo compartir la idea se me ocurrió al encontrar la imagen que encabeza la entrada, mientras buscaba algo que representara el concepto que se tiene de que la enseñanza de las matemáticas es como la construcción de una pared en la que, si los ladrillos de abajo no son de buena calidad y no están firmemente acomodados, la parte de arriba no se sostendrá.

Mucho de lo que he escrito aquí, sobre todo en los primeros dos años del blog, tiene precisamente la intención de apoyar a la construcción de bases matemáticas sólidas y correctas en la educación primaria, evitando atajos, incomprensiones y mecanizaciones.

Sólo que con esto de la educación a distancia entiendo que a veces cuesta trabajo ser tan cuidadoso, no tanto en el diseño de la clase, sino en la «evaluación» del correcto aprendizaje.

¿Realmente lo entendieron como necesitan entenderlo para que soporte el siguiente conocimiento?

Además, podemos llegar a creer que con «recubrir» la enseñanza de las matemáticas con actividades divertidas en línea (dado que hay tanto disponible y los administradores nos piden que lo usemos para mantener la atención de los alumnos) puede ser suficiente.

No estoy segura.

Pero tampoco considero que sea tan sencillo o práctico hacer una evaluación profunda bajo estas circunstancias; así que más bien consideremos que, cuando volvamos a la presencialidad, necesitaremos encontrar mecanismos para descubrir qué tan buenos ladrillos constituyen el conocimiento de nuestros alumnos y qué tan bien ensamblados están, antes de tratar de poner los nuevos.

Va a ser una labor titánica. Vayamos pensando en cómo lo haremos.

Ánimo

¡Hasta el siguiente miércoles!

Rebeca

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Aprovechemos la historia para practicar matemáticas

Ésta es la entrada 139 de este blog. La escribo el día que en México se celebra la Independencia, así que aprovecharé para hacer una sugerencia para los maestros de primaria. No recuerdo si la he hecho antes, pero queda bien hablar de esto hoy:

Cuando enseñemos historia, podemos aprovechar para practicar matemáticas. ¿Hace cuántos años ocurrió esto? ¿Cuántos años duró aquello? ¿Cuál de los personajes históricos tenía más edad cuando ocurrió tal cosa? ¿Qué edad tenía este otro personaje histórico cuando murió? Cuando se tenga el dato de la fecha con mes y día, puede tomarse en cuenta para saber si ya había cumplido años o aún no.

Creo que hacer algo así vuelve más cercana a la historia y sus personajes, la pone en perspectiva, ayuda a imaginar si alguien era muy joven o muy mayor cuando hizo tal o cuál cosa comparando su edad con la de gente que conozcamos.

Por cierto, Miguel Hidalgo y Costilla nació el 8 de mayo de 1753, por lo que tenía 57 años cuando dio el grito de Dolores, que inició la guerra de la Independencia en México.

José María Morelos, en cambio, nació el 30 de septiembre de 1765, por lo que sólo tenía 45 años ese día. No, esperen, el 16 de septiembre todavía no había cumplido años, así que apenas tenía 44 años, dos semanas después cumplió los 45.

Vaya… no era consciente de la diferencia de edades entre ambos, me las imaginaba más similares. Todos los días se aprende algo nuevo.

¡Hasta el siguiente miércoles!

Rebeca

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Los datos de las fechas los obtuve de wikipedia.